Ofertas de Vuelo sin Motor Francia

1. Todos pueden vivir la experiencia

No hay límite de edad para disfrutar de un vuelo sin motor, no obstante por cuestiones de seguridad relacionadas con el tamaño del paracaídas, se permite el acceso a partir de los 12 años. A partir de los 14 años puedes volar solo con un supervisor de tierra y lo más interesante, si tienes 16 años o más puedes optar a sacarte la patente a través de las múltiples ofertas disponibles en nuestro sitio para volar solo, sin la supervisión de un instructor. Así serás libre de elegir el formato que más te convenga, volando solo o en compañía de un amigo para aprovechar esta experiencia suave y ligera... ¡Una actividad tanto para jóvenes como mayores! Sólo necesitarás estar en buenas condiciones físicas para realizarlo.

3. Tendrás un contacto cercano con la naturaleza

Un vuelo en planeador te conectará intensamente con la naturaleza. El vuelo te sumergirá en el corazón del paisaje sobrevolado desde el que tendrás una panorámica magnífica. Podrás formarte tu propia opinión sobre el entorno, las características de la zona sobrevolada, etc. Es una oportunidad para escapar de las trivialidades de la vida de la ciudad, para recargar las pilas y fortalecer los lazos con la naturaleza. Es una sensación de libertad sin igual. Imagina un vuelo en los Altos Alpes, hacia Gap, donde sobrevolarás el lago de Serre-Ponçon al aire libre, el macizo de Dévoluy, el Pic du Bure, Charance, la montaña de Céüse y tantos otros sitios ¡Vivirás una cambinación de relajación y descubrimiento!

5. Prepárate para vivir fuertes emociones

Como bien sabrás, solo las corrientes ascendentes de la atmósfera permiten que los planeadores se muevan, ya que están diseñados para volar sin motor. Y, siendo su pilotaje análogo al de un avión, experimentarás las mismas sensaciones, un subidón de adrenalina atípico y singular. Cuando despegues y alcances la altura suficiente, tendrás un momento de intenso placer y cuando te hagas autónomo, podrás alcanzar hasta los 100 km/h. Podrás realizar maniobras de descenso o maniobras contra el viento, manteniendo siempre la delicadeza de lo que es un vuelo a vela durante tu bautismo.